El término “Casas con Techos Verdes” no se refiere a techos de color verde, con tejas verdes o techos con macetas, sino que se refiere a casas en las que el techo está total o parcialmente cubierto por vegetación.
Los techos verdes no es algo nuevo, hace miles de años múltiples culturas experimentaron con elementos naturales para la construcción de sus tejados. Así, 2.500 años atrás, Babilonia era famosa por sus jardines colgantes.
Pero la idea de techos verdes en España, como se conoce en la actualidad, proviene de Islandia, en donde debido a los escasos recursos de esta región, la tierra ha sido usada para la construcción de paredes y techos. Con el tiempo, los techos de tierras se hicieron populares en toda escandinavia y la actual tecnología de los techos vegetales comienza en Alemania en los años 70.
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Los tipos de plantas que se utilizan para ello son plantas con escasa raíz, para no dañar la vivienda. Además, se incorporan bajo la tierra una lámina geotextil antirraíces, para que no se produzcan filtraciones de arena. A ello se le añaden paneles que poseen relieves en forma de botón, en donde se pueden acumular pequeñas cantidades de agua.
Gracias a ello, en la época de calor las plantas pueden echar mano de estas reservas de agua completando la idea de las casas sostenibles.
Entre las principales ventajas de las cubiertas verdes se encuentra que es un excelente aislante acústico y térmico. Esto se traduce en un menor consumo en energía y calefacción, además de experimentar un mayor confort dentro de casa.
Los techos con vegetación ya se utilizaban en los países nórdicos como aislamiento térmico.
Esto es debido a que controlan la humedad y regulan la temperatura interior debido a su inercia térmica. Así, países como Islandia, Noruega o Canadá se utilizan los Techos Verdes, principalmente como aislantes del frío. Por el contrario, en países cálidos, como Tanzania, se utilizan los Techos Verdes, como aislantes del calor, pues son techos que se mantienen frescos, pese a las altas temperaturas en el exterior.
Otra gran ventaja es que multiplican la vida útil del material, es decir, de las membranas, ya que no estarán expuestas a la radiación solar a la dilatación y contracción del material.
Por si todo esto fuera poco, este tipo de techos verdes se consideran ecológicos del mismo modo que los techos con paneles solares fotovoltaicos. En un estudio reciente se comprobó que los techos verdes ayudan a bajar las temperaturas y la contaminación, sobre todo, en las zonas urbanas.
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Es por ello, que hay países como Alemania, Suiza, Holanda, Hungría, Suecia y el Reino Unido que fomentan su construcción. Incluso en Linz (Austria) pagan a las empresas constructoras que implantan este sistema en las viviendas que construyen.
En los últimos 50 años el crecimiento de las grandes urbes ha aumentado exponencialmente, lo que ha provocado un aumento de la superficie pavimentada, eliminando las superficies absorbentes que son los espacios verdes. Esto ha ocasionado un impedimento para la absorción de las aguas de lluvia, por lo que las redes pluviales se saturan.
Así, la implantación de superficies verdes supone una solución en cuanto a la absorción del agua de lluvia y su aprovechamiento, porque la vegetación absorberá los materiales pesados, los contaminantes. Con todo ello, mejorará el ecosistema urbano, frente a la agresión del cemento.
Se distinguen 2 diferentes tipos de Techos Verdes:
Las cubiertas verdes se pueden instalar tanto en las construcciones nuevas, como en los edificios, viviendas tradicionales y chalets prefabricados ya construidos. En estos últimos, es importante, antes de su implantación, estudiar la resistencia de la estructura existente y, si fuera necesario, reforzarla, para que soportase el peso del techo vegetal.
Por último, comentar que el coste de implantar cubiertas verdes supone un 30 ó un 50% más caro que un techo convencional. Esto es debido a todo el material añadido en el techo, para poder soportar la vegetación.
Sin embargo, hay que tener en cuenta la amortización en el tiempo y los beneficios que aporta a la vivienda a nivel económico, por su ahorro en energía y ambiental.
Además, su implantación supone un incremento en el valor de la vivienda, si se utiliza este techo, como un espacio habitable.